Bilardo, aquel excéntrico entrenador (I)

Aunque en esta temporada de fútbol internacional, la selección española haya caído en penaltis ante Italia en la Eurocopa, también se está disfrutando del fútbol en otra parte del mundo. La Copa América, donde la final la jugarán entre Brasil y Argentina. Hoy quiero hablaros de un entrenador argentino muy peculiar que pasó hace ya unos cuantos años por el fútbol español, dejando huella, sobre todo por la característica forma de ser que tenía, Carlos Salvador Bilardo.

Bilardo, diferente a cualquier otro entrenador

De Bilardo se puede decir que no era un entrenador al uso, era un entrenador de los de antes, tosco y directo. A ello, hay que sumarle la carga de excentricidad que siempre le acompañaba y que en muchas ocasiones era políticamente incorrecto en muchos sentidos. Esto es algo que no se ve hoy en día en apenas ningún entrenador, pero que en Bilardo, forjó una personalidad única, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.

Nació en el Buenos Aires de 1938, procedente de familia humilde, aunque siempre lucharon por conseguir lo mejor. En su juventud compaginaba los estudios de Medicina con su pasión, el fútbol. Tras finalizar Medicina y especializarse en ginecología, decidió que lo suyo, finalmente, sería el fútbol.

Comenzó como jugador en el San Lorenzo de Almagro, donde fue creciendo hasta llegar a profesional, consiguiendo su primer título en 1959, aunque sus apariciones casi fueron testimoniales porque no tuvo demasiada participación.

Los mejores momentos de Bilardo como jugador no fueron en el San Lorenzo sino en otro de los clubes más reconocidos de Argentina, el Estudiantes de la Plata. Debutó en ese club en el año 1965, consiguiendo diferentes trofeos como la Copa Libertadores, la Intercontinental o el Trofeo Apertura.

El tiempo pasaba y él seguía enamorado del fútbol. Por ello, tras su retirada llegada la década de los 70 comenzó a entrenar en categorías inferiores de Estudiantes de la Plata. Pero también tuvo otros equipos bajo su mando, como por ejemplo el Deportivo Cali (Colombia), Sevilla F.C. o incluso la selección de Libia.

Tampoco faltó su paso por otro de los grandes del fútbol argento, como el Boca Juniors, aunque su gloria como entrenador llegaría como seleccionador nacional. Con la albiceleste estuvo de seleccionador entre los años 1983 y 1990, consiguiendo un gran número de éxitos.

El carácter más cambiante que se pudiera tener lo tenía él

Siempre estuvo rodeado de decisiones controvertidas y en muchas ocasiones desacertadas. Pero él mandaba en la selección y se debía hacer lo que él decía. Además, era supersticioso y muy, sobre todo muy maniático. Era como si tuviera alguna clase de trastorno mental (no se me interprete mal), porque no le gustaba pisar determinadas zonas de la calle, abrir las puertas con determinada mano, entrar al campo con determinado pie y cosas así.

Una de las decisiones más extrañas que tomó fue en un partido cuando avisó al capitán Passarella para que se acercase a la banda. El jugador era un peso pesado de la selección y pilar fundamental del juego de Argentina. Cuando se acercó a la banda le quitó el brazalete de capitán y se lo puso a un tal Diego Armando Maradona, quien acababa de convertirse campeón del Scudetto con el Nápoles. Sí, era un excelente jugador, pero no la estrella que hoy sabemos que fue. Era como si Bilardo tuviese alguna clase de don adivinatorio acerca de en lo que se convertiría el “pelusa”.

Aquella selección argentina se convertiría en campeona del mundo en el año 1986, con aquella “mano de Dios”. También con lo que se conoció como “el gol del siglo” en aquella sucesión de regates que se vivió ante la selección de Inglaterra. Todo apuntaba a que repetirían la gesta en el año 1990, pero no fue así a pesar de llegar a la final. La época de Bilardo al frente de la albiceleste había pasado.

En el siguiente artículo conoceremos más detalles sobre este entrenador hoy ya retirado pero recordado por muchos, tanto aquí como en Sudamérica.

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