Penalti

El origen de los penaltis

Los penaltis son parte indispensable del fútbol. Que un árbitro señale una pena máxima en un partido es algo relativamente común hoy en día y es algo que puede decantar el resultado de un partido, en muchas ocasiones por un error involuntario. Actualmente tenemos la decisión arbitral y también la supervisión del VAR, que puede ayudar a rectificar la decisión del árbitro principal y dar por válido, o no, la pena máxima. Pero esto… no fue siempre así.

La aparición de los penaltis en el fútbol

En el siglo XIX, ante la impunidad de muchos jugadores que se empleaban demasiado duro en el terreno de juego, se decidió tomar cartas en el asunto. El primer paso, lo dio William McCrum, propietario del Mildford Football Club, un modesto equipo de fútbol.

McCrum vivió en sus propias carnes el juego duro, dado que además de propietario del equipo, jugaba en la demarcación de portero. Fue él quien solicitó a la Federación Irlandesa de Fútbol la introducción de un tiro libre como castigo a una acción violenta durante el desarrollo del juego.

Es importante recordar que, por aquel entonces, el fútbol estaba considerado como un deporte de caballeros. Pero en muchas ocasiones no era así, dado que a esta disciplina deportiva llegaban muchos ex jugadores de rugby, llevando a los terrenos de juego algunas de sus toscas costumbres.

Finalmente, la Federación Irlandesa de Fútbol, tras haber estudiado la petición y sopesado los pros y contras, decidió oficializar la pena máxima. Esta decisión no tardó en ser adoptada con gusto por la Federación Inglesa de fútbol, y desde la temporada 1891-1892 la pena máxima se oficializó.

Hoy en día, son un elemento muy importante porque no solo sancionan el juego duro en el área sino que los penaltis pueden decidir el resultado de un partido cuando se acaba el tiempo oficial y la prórroga.

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